martes, 8 de marzo de 2011

Biografía escrita en tercera persona y Cuarto Poema Mortal de Recúpero: “A ti”

Según la mitología recuperana, una mañana de carnaval del año 1.934, el Ultimo Poeta Maldito y Unico Argentino se despertó con una idea que consideró revolucionaria. No se trataba de un nuevo sistema para mojar a las jóvenes del barrio de Tapiales sin ser advertido por ellas, no (1) En este caso pensó que mientras los canonistas literarios no lo descubrieran, bien podía ir ganando tiempo y escribir su autobiografía. En efecto, sabemos que Recúpero ha vivido su vida en el tiempo equivocado y, en lugar de pensar en su paupérrimo presente, planeaba meticulosamente su futuro repleto de éxitos. Y así, lejos de importarle pulir su prosa limitada, su rima discutible o sus vacilantes metáforas, malgastaba su tiempo pensando en como ahorrárselo al destino de autor de renombre internacional que le esperaba, personaje que claramente tendría pocos momentos libres para escribir su propia biografía. Sabemos que Recúpero es un celoso custodio de su literatura y por ello, nunca, pero nunca, podría encargarle su semblanza a un tercero. Eso pensaba cuando percibió la idea que a su criterio transformaría para siempre el mundo de las biografías, superando las del genial Stefan Zweig o incluso las de un Emil Ludwig: un vate que por razones de pudor, siendo consciente de su talento inmarcesible, hablara de sí mismo en tercera persona, expediente que décadas más tarde adoptarían decenas de jugadores de fútbol ignorantes del noble origen de la práctica. Pero esto nunca pasó de la categoría de leyenda porque ni siquiera Edwin Williamson, su biógrafo oficial, pudo dar con la famosa Autobiografía en Tercera Persona de Francis Oliverio Recúpero. Sin embargo, esta mañana ha venido a la redacción de La Menor Idea un sujeto que se presentó como sobrino nieto de nuestro querido poeta. El documento de identidad que exhibió (emitido en Rutherford, Nueva Jersey) asegura que su portador lleva el nombre de William Carlo Recúpero Williams, y sería sobrino nieto del genial poeta (por línea paterna)
Mr. Recúpero Williams no nos ha permitido examinar el antiguo manuscrito amparándose en no debidamente acreditados derechos de autor sobre la obra del Poeta Eximio, lo cual claramente resulta una estratagema para elevar un posible precio de venta del material. Como no nos hemos mostrado especialmente interesados en el trabajo (2) el neojerseíta (3) solamente nos exhibió el que podría ser el Cuarto Poeta Maldito Recuperano y que siempre se dio por perdido: “A ti” También adjuntó la página 623 de la autobiografía, que daría una clave de los motivos de la misteriosa desaparición del poema e incluso, de la mismísima autobiografía.

Es un placer para La Menor Idea, una satisfacción y un dolor de cabeza porque con ella se nos fueron los últimos maravedíes que teníamos en la redacción, presentarles en forma exclusiva y algo ilegal, la posible página 623 de la mítica “Autobiografía Escrita en Tercera Persona” de Francis Oliverio Recúpero, junto al desaparecido Cuarto Poema Maldito de la Suma Docena Recuperana intitulado, “A ti”
Una última observación: por razones incomprensibles, Recúpero escribe en primera persona las notas a su “Autobiografía en Tercera Persona” Algunos autores prorrecuperanos sostienen que con esa especie de diálogo pretendía imprimirle mayor ritmo a su monumental trabajo autobiográfico (once mil páginas) En cambio sus detractores calculan que el dislate se explica en que el poeta trabajó su obra en dos tiempos claramente separados: por un lado el cuerpo principal de la autobiografía, menester que hacía antes de la cena; y por el otro, luego de la ingesta, las notas. Es posible que en ese momento ulterior el poeta estuviera lo suficientemente borracho como para olvidar el merengue de la tercera persona, o bien haber perdido la fe en el experimento literario.

Con ustedes, el artista.

A ti (1.934)

A ti, Musa de Tapiales
Que cada mañana viajas
En el Bondi 103
Y que te amo cada vez
Porque alejas a mis males


Cuando abres tu negocio
Yo me asomo subrepticio
Y se ha transformado en vicio
Que me aleja hasta del ocio:

Bien temprano yo te pido
"Algo de pan ¡por favor!"
Y tu esmerada atención
Me enflecha como un Cupido

El autor conoce el valor exacto de estas coplas pseudomartinfierristas. Adjudica la debilidad de sus rimas, la irregularidad de su métrica y la previsibilidad de la metáfora postrera al hambre que lo acosaba en aquel entonces y que tal vez lo acompañó por el resto de sus días. Así lo explica en la página 623 de su Autobiografía (en Tercera Persona, naturalmente)

“En el año 1.934 Recúpero todavía no había ganado ni el Cervantes, ni el Nobel ni el premio “Arrimá tu rima” del Club Social, Cultural y Deportivo “Brisas de Tapiales” Por ello, mandar algo al estómago sin dinero en los bolsillos se transformaba en una diaria odisea. Advirtiendo el genial poeta que las empleadas de la panadería, la verdulería y la carnicería del barrio viajaban en el tranvía 103, y en su afán de administrar las escasísimas fuerzas literarias que su lamentable estado le prodigaba, se le ocurrió dedicarles secretamente la misma poesía a cada una de las tres al mismo tiempo; ello, con la velada intención de recibir favores de cualquier tipo, mutando para cada vendedora el producto que expendía. Y así a la poesía dedicada a Marta, la empleada de “Panificadora Raposo”, le aplicó el sustantivo “pan”. A Mónica, de la verdulería de don Tito le aderezó “papa” y a Estercita, de la carnicería “La Vaca Engreída” le aplicó “bife de chorizo”, corte vacuno que si bien ponía en crisis métrica y rima, era el producto del matarife que más anhelaba recibir el poeta sin entregar un peso por él (12.567)”

NOTA DEL AUTOR Nº 12.567: Espero que esta página escrita dos minutos después de clausurado mi Cuarto Poema Mortal nunca sea leída por Marta, por Estercita ni por Mónica, porque en ese caso no sólo me negarán sus amores sino también el pan, la papa y, lo que más lamentaría en el alma, los bifes de chorizo de don Vicente, el dueño de “La Vaca Engreída” A juzgar por el triple silencio que acompañó mis sincrónicas lecturas, pareciera que el secreto quedará custodiado por la triple carencia de sensibilidad literaria de las vendedoras de Tapiales, miserables en el epíteto, generosas en la entrega de vituallas

¿Es efectivamente Mr. William Carlo Recúpero Williams el sobrino nieto (por parte de padre) de Francis Oliverio Recúpero? y el mamotreto que no nos permitió manipular, ¿podría ser su famosa y nunca constatada “Autobiografía Escrita en Tercera Persona de Francis Oliverio Recúpero”?
¿Existieron Marta, Mónica y Estercita? ¿Viven aún, a sus posibles 95 años? Aquí, en la Menor Idea, no tenemos la menor ídem. Pero consideramos que publicar estas importantes novedades son constitutivas del sacerdocio que abrazamos al comenzar a ejercer la tarea de articulistas. O algo así.



(1) Dicen sus biógrafos que F.O.R. tuvo una época en que se dedicó a la invención de objetos inútiles y de nombres rimbombantes. Evidentemente tuvo éxito en esta empresa porque ninguna de sus creaciones llegó a nuestros días. Es posible que la afición por las tareas manuales se la haya transmitido Horacio Quiroga, junto a la pasión por la yerba mate y las indias guaraníes.
(2) Interesados estuvimos, pero La Menor Idea está a punto de quebrar desde hace prácticamente tres años.
(3) Natural de Nueva Jersey (creemos)

4 comentarios:

  1. María Jenniffer Gómez9 de marzo de 2011, 4:07

    Mire, yo no entiendo mucho sobre biografías y esas cosas. Lo único que puedo decirle, es que gracias al Cuarto Poema Mortal Recuperano la tía María dejó atrás una juventud de cuarta , pasó a jugar en primera y ha tenido una vida que es un poema.
    En el año 1934, María pintaba para vestir santos. Iba por los 32 y la única carne que había pasado por sus manos (y por el resto de ella, se entiende) era la de la carnicería.
    Para colmo de males, el único tipo que le arrastraba el ala (o el cogote, o las patitas o los menudos de pollo) era un bate que le recitaba siempre el mismo poema a cambio de un bife de chorizo.
    En enero del 35, tía Marta fue atacada por una bandada de teros que irrumpió en el coche 1047 sin vidrios de la línea 103, y un tipo que había subido en Villa Madero se le tiró encima para cubrirla. Luego la acompañó caminando hasta la carnicería , mientras la tía se esmeraba en aclararle que no era tuerta ni renga, sino que en el desparramo con los teros le había entrado una basurita en el ojo derecho y había perdido el taco izquierdo.
    A partir de allí, todas las mañanas el tipo pasaba por el negocio para preguntar cómo andaba, y de paso llevaba osobuco cortado grueso ,que pagaba religiosamente. Como siempre pedía lo mismo, la tía le preguntó si tenía una dieta especial, a lo que él respondió: Yo vivo del estofado.
    María, que era impoluta pero no boluda, enseguida vio que el tipo tenía futuro: era delegado gremial.
    El 12 de diciembre de 1935 cuando los dirigentes socialistas de la Unión Ferroviaria, La Fraternidad, la Confederación General de Empleados de Comercio, la Unidad Tranviaria, la Unión Obrera Municipal y la Asociación de Trabajadores del Estado se constituyeron en un nuevo comité ejecutivo de la CGT, el tipo picó alto.
    Ahí tía María pensó: lo engancho ahora o nunca. Y sacó de la libreta de fiados el poema de Recúpero, que como estaba escrito en lápiz negro le fue fácil de adaptar:

    A vos (1.935)

    A vos, guapo de Villa Madero
    Que cada mañana viajas
    En el Bondi 103
    Y que te amo cada vez
    Porque me espantas los teros

    Cuando vienes al negocio
    Yo me asomo subrepticia
    Y se ha transformado en vicio
    Que me enciende con justicia:

    Bien temprano tú me pides
    Algo de osobuco en rodajas de gran grosor
    Y con cuidada atención
    me pagas y te despides.

    No voy a contar lo que vino después, porque es largo (y ancho).
    Sólo le digo que el guapo pasó de Villa Madero a Puerto Madero, que falleció hace unos años en Ezeiza (adentro, y sí…), y que la tía y yo, gracias a ese inspirado poema de Recúpero, vivimos las dos lo más bien acá en Miami.
    Saluditos

    ResponderEliminar
  2. Mostroooo! Es imposible decir en pocas palabras la mucha risa, ¡las carcajadas! que acompañaron toda la lectura! Para colmo, éramos pocos y pariste al “neojerseíta” William Carlo Recúpero Williams! Na, te juro que no puedo escribir, entre la autobiografía (¿?) que va de tercera a primera persona en función del grado alcohólico, Martita, Cecilia y la bife de chorizo… y el misterioso primer comentario de la tal María Jenniffer Gómez (la impoluta) con su correspondiente poema! To much! Jajajajajajajaja!
    Vuelvo, claro, apenas encuentre mi seriedad para dejarte mejor comentario, ahora no puedo Jajajajajajaja!

    ResponderEliminar
  3. Hola Marcelo:

    Estupenda ¿reseña?.
    Me he reído más que cuando opina de algo Maradona.


    ...y sucedió en el año 1934. ¡Ni yo había nacido!, me faltaban todavía 2 años.

    ResponderEliminar
  4. Acompañaré como N 14
    http://enfugayremolino.blogspot.com

    ResponderEliminar